¿ES POSIBLE TENER DOS SISTEMAS OPERATIVOS IGUALES INSTALADOS EN EL MISMO ORDENADOR?
Esta es una cuestión que no aparece por gusto, sino porque en varias ocasiones he visto preguntas sobre este tema.
Y, antes de entrar en si se puede o no se puede, yo siempre me he preguntado ¿pero para qué?
Bien, vamos a ver el tema que nos ocupa desde varios puntos:
Desde el punto de vista legal la verdad es que he buscado y no he encontrado nada al respecto. Microsoft especifica bien claramente en sus licencias que es una licencia por ordenador, pero es que en este caso se trata de un solo ordenados, por lo que desde el punto de vista legal no veo mayores inconvenientes en hacerlo (sospecho que es que es un tema que, por lo inusual del mismo, ni tan siquiera se lo han planteado).
Desde el punto de vista técnico tampoco veo mayores problemas en hacerlo. Cada sistema va a estar o bien en una partición independiente o bien en un disco aparte, por lo que no habría problemas a este respecto. Además, en cuanto a las actualizaciones y demás tampoco debería haber problemas (aunque he de confesar que no se me ha ocurrido comprobarlo), ya que nunca van a estar funcionando a la vez ambas instalaciones.
Desde el punto de vista práctico es donde ya empiezan a haber dudas. De momento estamos ocupando un espacio (que no es nada despreciable) de nuestra capacidad de almacenamiento en tener instalados ambos sistemas, y evidentemente para cambiar de uno a otro tenemos que reiniciar el equipo, por lo que en principio muy práctico no parece ser.
Llegados a este punto vemos que lo que es poderse se puede (el que sea más o menos práctico ya es problema de cada cual), pero es en este punto donde me hago la pregunta de para qué podemos querer instalar dos versiones iguales de nuestro SO en nuestro ordenador (evidentemente si no se trata de la misma versión debemos tener una licencia para cada una).
Y aquí es donde, a pesar de que en un principio no le veía ninguna utilidad, cuando me he puesto a escribir este tutorial y he reflexionado sobre el tema más detenidamente he visto que en determinadas circunstancias puede no ser una idea tan descabellada, sobre todo si la instalación se hace en dos discos independientes.
En principio descarté la idea de mantener configuraciones diferentes, ya que eso lo permite Windows sin necesidad del desperdicio de espacio que supone esta doble instalación, pero me surgió una situación en la que sí que puede ser útil.
Supongamos que tenemos un ordenador que dedicamos a nuestro trabajo o estudios, con sus programas para este fin, pero también lo dedicamos a escuchar música, a jugar, a navegar por Internet de forma no demasiado precavida... y a eso que le gusta tanto a algunos, que es bajar demos de programas a ver qué son y cómo funcionan.
Pues bien, en ese caso podríamos instalar en un disco tanto Windows como nuestros programas de trabajo, con lo que a ese sistema en particular le estaríamos dando un uso digamos que profesional, mientras que en el otro disco tendríamos instalado también Windows, pero en este caso con los programas llamémosle de ocio, manteniendo ambos independientes y sin que, por ejemplo, un fallo o desconfiguración en uno (normalmente en este último) afectara a nuestra información laboral o académica ni a la integridad del sistema que utilizamos para trabajar.
Y en el mismo caso nos encontramos cuando compartimos nuestro ordenador con el resto de la familia. Por un lado tenemos nuestra instalación (que utilizamos sólo nosotros) y por otro la segunda instalación en el otro disco duro, que sería de uso común.
Hay que advertir que si la instalación se hace en distintas particiones, pero dentro de un mismo disco duro, se pierde buena parte de al menos la seguridad e independencia que nos da el hacer la instalación en dos discos independientes.
Y es llegado a este punto donde, repito que en casos muy concretos, aunque signifique un desperdicio de espacio, he de reconocer que no se trata de una idea descabellada ni absurda, sino de una solución ante problemas de seguridad y, sobre todo, de protección, ya que uno de los problemas más habituales en los ordenadores, sobre todo si son compartidos, es la desconfiguración e instalación de programas por parte de uno de los usuarios sin el consentimiento. Con esto, sobre todo si utilizamos el ordenador para algo más que para jugar y chatear, tendríamos salvaguardado nuestro espacio y nuestro trabajo. Se acabó eso de que le eliminen a uno por error sus archivos, a veces realmente importantes.
|