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Ordenadores clónicos o de marca |
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DIFERENCIAS ENTRE ORDENADORES CLONICOS O DE MARCA, ¿CUAL ES MEJOR OPCION DE COMPRA?
Ante todo, y antes de continuar con este tutorial, creo que es conveniente aclarar qué significa realmente la definición de Ordenador clónico. Si aceptamos la definición de que un ordenador clónico es aquel que está montado a partir de componentes de terceros, en la actualidad absolutamente todos los ordenadores que hay en el mercado (de PC's, se entiende) son clónicos. Este término viene de los años 80, en los que los ordenadores que se conocían eran los IBM, que sí que fabricaba íntegramente sus ordenadores. Por aquella época empezaron a salir al mercado fabricantes independientes de componentes y ordenadores de otras marcas que estaban montados con componentes de estos otros fabricantes, siempre basándose en los estándares dictados por IBM. Pues bien, a estos ordenadores (aunque fueran de marcas tales como Packard Bell, Astra, Commodore u otras) se le dio el nombre de clónicos. A veces he visto la siguiente definición: ordenador montado a partir de piezas de terceros fabricantes, en el cual no existe tecnología aportada por el ensamblador. En esta definición, que es bajo mi punto de vista más exacta, se basan algunos ensambladores de reconocidas marcas para seguir manteniendo esta diferenciación entre ordenadores clónicos o de marca, pero esta definición es demasiado amplia y equívoca, porque ¿qué es tecnología aportada por el ensamblador? ¿montar un lector de DVD o un disco duro que sí fabrican? Además, casi que estamos en las mismas, porque si aplicamos esta última definición, tan sólo ASUSTeck, Toshiba, NEC o ECS fabricarían ordenadores de marca, ya que en esos casos concretos, si bien montan en parte componentes de terceros, montan placas base desarrolladas por ellos (y esto sí es aportar tecnología). El aporte de otras marcas se limita en mejor de los casos al disco duro que incorporan o las ya mencionadas unidades ópticas y otras unidades de almacenamiento, y muy poquito más, pero en ningún caso aportes significativos en lo que a tecnología se refiere. Fujitsu-Siemens fabricaba hace tiempo sus propias placas base, y en algunos modelos muy concretos sigue montándolas, pero en general monta placas de terceros (Micro Star, Intel, Gigabyte, ECS...). Pues bien, según estos criterios, la diferenciación entre ordenadores clónicos o de marca carece en la actualidad de sentido, por lo que casi que es mejor diferenciar entre ordenadores de marca u ordenadores ensamblados a medida o sin marca, pero incluso aquí habría que diferenciar entre las distintas marcas, porque no es lo mismo un ordenador de marca reconocida a nivel internacional, con un cierto prestigio, que un ordenador de marca, pero en el que esta marca corresponde a una red de tiendas o franquicias, en cuyo caso estaríamos ante simples ordenadores clónicos a los que estas cadenas les han puesto su nombre, en estos casos sí que sin absolutamente ninguna aportación propia. No obstante lo dicho, para no confundir al lector vamos a seguir manteniendo los términos de ordenador de marca para aquellos que compramos totalmente montados y preinstalados y de marca reconocida y ordenador clónico para aquellos que compramos en una tienda, donde nosotros elegimos más o menos la configuración y es la propia tienda la que nos lo monta. Visto este punto, pasemos a otros temas que pueden ser determinantes para decantarnos entre uno u otro: Calidad del producto final: Bien, en un ordenador la calidad del conjunto la da la calidad de cada uno de los componentes utilizados, y aquí hay que decir que salvo un par de honrosas excepciones, poca diferencia vamos a poder encontrar, porque si bien es cierto que los controles de calidad de la mayoría de las marcas (HP, Asus, Toshiba, Dell, Packard Bell, etc.) es bastante alto, también es cierto que por el afán de ofrecer ordenadores de bajo costo cada vez son más las reclamaciones que tienen muchos de estos fabricantes, y que la calidad de los componentes en un ordenador de marca no es superior a la calidad de los componentes que nos puedan montar en un ordenador clónico (a igualdad de marca y modelo, se entiende). Quiero decir con esto que una placa base Asus montada en un ordenador clónico tiene la misma calidad que una placa base Asus montada en un ordenador HP, por poner un ejemplo, ni más ni menos, y del mismo modo, una placa base de baja calidad va a tener la misma baja calidad nos la monten en la tienda de la esquina o venga montada en un ordenador de marca. Pero la calidad del producto final también viene determinada por la calidad del montaje, y en este caso no se puede valorar en absoluto, ya que si bien un ordenador de marca (vamos a seguir llamándolos así para simplificar) suele tener una calidad de ensamblado bastante alta y, sobre todo, muy regular, también hay ordenadores clónicos con una gran calidad de montaje (esto va a depender de la profesionalidad y conocimientos del técnico que lo haya ensamblado). En este punto, dependiendo de lo que compremos y de quien lo monte, no hay diferencias apreciables, por lo que decantarse por una opción u otra en base a la calidad es imposible. Compatibilidad ante ampliaciones y facilidad en las mismas: Aunque por fortuna y en general ya pasó la época en la que para ampliar un equipo había que recurrir forzosamente al fabricante (y de esto saben bastante los que hayan tenido un IBM), es cierto que si bien fabricantes como HP, Packard Bell, Dell y otros montan componentes de terceros, en ocasiones estos están fabricados para ellos con una cierta exclusividad. Esto se nota en realidad más en la identificación del producto en sí (sobre todo cuando hablamos de placas base, que es donde más suele ocurrir esto) que en diferencias técnicas, por lo que en general, a día de hoy, no suele haber ningún problema diferenciador entre ambos tipos de ordenadores. Es más, esta práctica, que suele entorpecer más que nada a la hora de conseguir los controladores para dicha placa, no suele significar que haya variaciones substanciales con otras placas del mismo fabricante, pero con una designación diferente en cuanto a modelo se refiere. Otra cuestión es cuando el fabricante de turno monta una caja específica, hecha en exclusiva para dicho fabricante. En este tema me he encontrado de todo, desde cajas con una terminación más que excelente, pero en las que es prácticamente imposible meter la mano hasta cajas en las que hacen falta una serie de herramientas específicas para poder desmontarlas sin romperlas, pasando por cajas en las que para desmontarlas hay que romper una determinada pieza (normalmente de plástico, eso sí), que el fabricante de turno repone (normalmente sin ningún costo, hay que reconocerlo) cuando se repara en sus talleres o centros autorizados, pero que no facilita a terceros. Por otra parte hay en el mercado suficiente variedad de cajas como para que encontremos la que nos gusta. Las hay de todo tipo, precios y calidades, no siendo en absoluto determinante esto para la elección entre un tipo u otro. A esto hay que añadir que las fuentes de alimentación que suelen montar los ordenadores de marca, aunque suficientes para la configuración que compramos, no suelen estar sobradas de potencia, por lo que cualquier ampliación puede causarnos problemas en este sentido, sobre todo si se trata de una ampliación de la tarjeta gráfica, que como sabemos suelen tener un consumo bastante alto. En general, en este apartado salen mejor parados los ordenadores clónicos. Configuración: En este apartado sí que no hay color. Si bien es cierto que los fabricantes se empeñan en ofrecer el mayor número de opciones posibles para que el comprador pueda tener un ordenador más o menos a su gusto, por razones obvias no puede llegar a ofrecer la variedad y amplitud de opciones que ofrece un ordenador que nos monten a nuestro gusto, en el que nosotros sí que podemos elegir tanto la marca como el modelo concreto de cada uno de los componentes, ateniéndonos, por supuesto, tan sólo a la compatibilidad entre ellos. Software incluido: En este apartado salen ganadores los ordenadores de marca, aunque con matizaciones. Si dejamos aparte el sistema operativo (que no nos engañemos, por mucho que se trate en el caso de ordenadores de marca de licencias especiales y venga preinstalado, cobrarlo nos lo cobran), normalmente un ordenador de marca viene con una serie de software en concepto de bonus free que nos permite empezar a trabajar con él inmediatamente, sin necesidad de software original. Pero ojo con esto, la mayoría de este software se trata de ediciones express, es decir, bastante limitadas, en bastantes casos disponibles como descargas gratuitas en las respectivas web de sus desarrolladores o distribuidores, o bien de versiones demo con una validez de 30 o 60 días. Un ejemplo de esto último lo tenemos en el antivirus que todos incluyen (normalmente una versión de prueba de 30 días de duración) o en la versión de Office 2007 que montan algunos fabricantes (HP entre ellos), que si bien es una versión completa y totalmente operativa, está limitada a 60 días, tras los cuales o bien compramos la licencia o bien dejamos de utilizarla (vamos, exactamente las mismas condiciones que si nos bajamos de la web de Microsoft las versiones de prueba de Office 2007). A esto hay que añadir algún que otro software para funciones específicas que sí que aporta el fabricante, pero que en muchas ocasiones lo podemos encontrar en el CD de la placa base o de otros componentes si lo que montamos es un ordenador a medida. Pero, volviendo al sistema operativo, nos encontramos con una cuestión. Los ordenadores de marca se venden con un SO determinado, en los que el usuario no suele tener mucho margen de elección. Es cierto que este SO puede ser (y de hecho lo es) la mejor opción para sacar de ese modelo en concreto el máximo rendimiento, pero también es cierto que limita bastante la capacidad de elección del usuario, ya que incluso el mantenimiento de dicho sistema operativo suele (o puede) estar vinculado a los términos de garantía y servicio de atención al cliente de dicho ordenador. En este caso lo ideal sería que los fabricantes de ordenadores, siempre que fuera posible, dieran la opción de comprar un ordenador sin ningún tipo de software (incluido el sistema operativo), desglosando siempre, y en caso de que el usuario lo quisiera adquirir, el precio de dicho software (repito, incluido el sistema operativo). En un ordenador clónico (o sea, montado a medida en una tienda) por supuesto que el sistema operativo nos lo van a cobrar, pero en el caso de Windows se trata de una licencia OEM, mucho más barata que una licencia Retail. En cuanto al resto de software, siempre dentro de los mismos términos de licencia en los que lo hace cualquier fabricante en sus ordenadores, podemos negociar su instalación con la tienda en cuestión. Y aquí quiero hacer un inciso sobre el tema Linux. Vamos a ver, que una distribución de Linux sea gratis no quiere decir que una tienda o fabricante no nos pueda facturar su instalación, ya que el tiempo que tarde en hacerlo no lo es, este tiempo de instalación y configuración en su caso es perfectamente facturable. En este apartado podemos decir que tienen una cierta ventaja los ordenadores de marca, aunque también tienen un grave inconveniente que prácticamente anula esta ventaja en el caso de que deseemos un sistema operativo diferente al instalado. Por otro lado, estos mismos fabricantes son reacios a facilitar drivers diferentes a los correspondientes a los sistemas operativos preinstalados, drivers que si bien es ciertos que en algunos casos pueden simplemente no existir, en otros sí que existen, y de hecho en la mayoría de los casos basta con ver cual es el modelo correspondiente de placa base comercializada por su fabricante para conseguirlos. Garantía: Hay que tener muy clara una cosa. Cuando compramos un ordenador de marca, en el consiguiente contrato de compra/venta están incluidos todos los elementos que lo conforman, ya sean de hardware o de software, por lo que la alteración de cualquiera de ellos puede considerarse como una alteración del bien adquirido, y por tanto, limitar la garantía. Pero con esto hay también ciertas limitaciones para el fabricante. El que se altere el SO no quiere decir que los componentes pierdan su garantía (vamos, que si se va el procesador o la pantalla (en el caso de un portátil), tienen que atender la garantía de ese componente). Salvo lo ya dicho, la garantía en los ordenadores de marca suele ser bastante correcta, aunque en muchos casos se empeñen en el tema de un año de garantía. Hay que recordar que dentro de la Comunidad Europea la garantía reconocida por ley para este tipo de productos es de dos años (hay que exceptuar las baterías, que tienen una garantía de entre seis meses y un año). En un equipo que nos monten tampoco debe haber problemas en este sentido, ya que el montador (que es a la vez el vendedor) es el responsable tanto de la garantía de los distintos componentes como del producto terminado, y la legislación es exactamente la misma. Servicio de atención al cliente: En este punto hay de todo en ambos casos, aunque la atención al cliente de una tienda suele ser al menos bastante más directa que la de una empresa que, por buena que sea (y las hay buenísimas) suele estar a bastante distancia o ser simplemente a través de la web del fabricante. De todas formas, en este punto nos podemos encontrar con los dos extremos en ambos casos, SAC muy buenos o muy malos en ordenadores de marca y tiendas con un SAC buenísimo o malísimo. Este punto por tanto, a pesar de su gran importancia, no es determinante para elegir un tipo u otro de ordenador, pero sí que lo puede ser para, en el caso de ordenadores de marca, decantarnos por una marca u otra (lo mismo que en el caso de ordenadores clónicos lo puede ser para comprarlo en una tienda o en otra). Calidad y tiempos en reparaciones en garantía: Aquí tampoco hay grandes diferencias, ya que los SAT de las marcas de ordenadores (al menos de las principales), aunque no se encuentren en nuestra ciudad, suelen ser bastante rápidas, y en un equipo montado a medida tampoco hay una garantía de que una reparación en garantía (valga la redundancia) lleve menos tiempo (hay que recordar que la reparación en garantía por parte de la tienda no implica la sustitución automática de la pieza estropeada, por lo que a veces tampoco es que sea cuestión de un día o dos). Bien, hasta aquí los pros y los contras que nos podemos encontrar en ambos casos. Tan solo nos queda comentar un último caso, y es el de cuando decidimos comprar los componentes y montar nosotros mismos nuestro ordenador. Ante este caso lo primero es que les recomiendo que lean el tutorial ¿Merece la pena montar nosotros mismos nuestro PC?, en el que dejo bien clara mi opinión a este respecto. Pero es que además, en este caso sí que podemos tener más de un problema en el tema de las garantías (para empezar se trata de garantía de componentes de forma individual), problemas de incompatibilidades (donde el vendedor puede decir que si no es compatible determinado componente con el resto es nuestro problema, que nosotros hemos comprado un componente determinado) o con la localización de una avería (que si no averiguamos nosotros cual es el componente que falla, cuando menos nos van a cobrar por averiguar cuál es aunque esté en garantía). En este caso además tenemos garantía sobre los componentes, pero no sobre el equipo montado, por lo que se puede dar el caso de que un fallo en un componente estropee otro, con lo que el componente primero sí que estaría dentro de los términos de la garantía... pero el segundo no, ya que no se ha estropeado por un fallo en dicho componente, sino por un fallo en otro componente. Explico esto de forma gráfica y más clara. Si compramos un equipo montado a medida, pero nos lo montan en una tienda, se estropea la fuente de alimentación y como resultado de esto se nos estropea la placa base, la garantía nos cubre toda la reparación, ya que en último extremo es la tienda (el vendedor) el responsable de ambos componentes y de cómo interactúen. Si compramos los componentes (y más si encima no los compramos todos en la misma tienda) y lo montamos nosotros, ante el mismo caso la fuente de alimentación sí que entraría en garantía (aunque no la posible mano de obra de su sustitución), pero la placa base no tiene por qué entrar en garantía, ya que no se ha estropeado por un fallo en la propia placa base, sino por un fallo en otro componente (en este caso, la fuente de alimentación). Este (el de montar nosotros mismos nuestro ordenador) sí que es un caso que, aunque nos pueda resultar bonito y gratificante, no lo recomiendo en absoluto (y menos aun si no somos realmente conocedores del tema), ya que la cantidad de problemas que nos puede acarrear (y el consiguiente desperdicio económico) puede ser bastante grande. Y además, el ahorro económico que esto nos puede suponer no compensa en ningún momento los inconvenientes y trastornos que podemos llegar a tener. Además, en un equipo montado por la tienda se nos debe entregar comprobado (aunque lo compremos sin ningún sistema operativo instalado, se monta, se instala un SO cualquiera, se prueba el funcionamiento del ordenador y luego se formatea el disco duro) y en perfecto funcionamiento, mientras que en un equipo que montemos nosotros no existe esta garantía de que el equipo y todos sus componentes funcionan correctamente, por lo que hasta que no lo tenemos totalmente montado e instalado el SO no sabemos si hay algún componente que puede estar fallando, y si se produce este fallo nos corresponde a nosotros averiguar cuál es el componente que no funciona correctamente, volver a quitarlo y hacer efectiva la garantía de ese componente en cuestión. Y todo esto sin contar con que estropeemos uno de los componentes por mala manipulación durante el montaje, en cuyo caso sí que no tendríamos garantía sobre el mismo (los términos de garantía excluyen siempre los fallos por manipulación incorrecta), y una mala manipulación en el montaje es algo que no es difícil de demostrar, en todo caso mucho más fácil que demostrar por nuestra parte que no ha habido tal mala manipulación. |
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