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Compra de un ordenador: ¿Es siempre lo último y más potente la mejor opción? |
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¿ES SIEMPRE LO ULTIMO Y MAS POTENTE LA MEJOR OPCION DE COMPRA?
Pues aunque la respuesta obvia sea que sí, esta no es la respuesta correcta. La compra de un ordenador debe estar marcada por el uso que le vayamos a dar, a no ser, claro, que nos sobre el dinero o que seamos de los de matar moscas a cañonazos. Por supuesto que con un súper ordenador con un procesador de cuatro núcleos, 4GB de RAM y una gráfica lo más alta que podamos vamos a obtener los mejores resultados... en programas de evaluación de rendimiento sobre todo, pero es que nosotros no vamos a trabajar con programas de evaluación de rendimiento, vamos a trabajar con programas comerciales, de gestión, multimedia, suites ofimáticas y programas de edición, pero a nivel usuario, no a nivel profesional. Como ven he sacado del grupo los ordenadores dedicados a edición profesional y los dedicados sobre todo a juegos, ya que estos sí que necesitan una gran potencia (aunque buena parte de lo que a continuación se indica también es válido para estos). Si hablamos de un ordenador tipo (para lo que lo suele usar la mayoría), este tipo de configuración está muy bien, pero no se va a aprovechar nunca (o como mucho en contadísimas ocasiones), y esto es por varios motivos. En primer lugar, en la actualidad hay poquísimos programas que sean capaces de aprovechar las virtudes de un procesador de cuatro núcleos, por lo que rara vez los vamos a utilizar. Si acaso cuando tengamos abiertas muchas aplicaciones al mismo tiempo (y no precisamente dos o tres), que realmente tengan un fuerte consumo de CPU. Entre estos poquísimos programas capaces de aprovechar realmente un procesador multi núcleo se incluyen algunos juegos, pero igualmente son muy pocos. Pero es más, es que incluso un procesador de doble núcleo tampoco es que haya muchos programas que realmente los aprovechen como debieran, entre otras cosas porque simplemente no lo necesitan. Esto se puso bien de manifiesto en los primeros procesadores de doble núcleo, en los que después de efectuar una buena inversión, el usuario observaba que sus juegos favoritos (por poner un ejemplo típico) corrían más lentos que en su anterior procesador a 3GHz (o incluso a algo menos) de un solo núcleo. Esto en la actualidad no pasa, pero en muchos casos no es por un mejor aprovechamiento de los procesadores de doble núcleo, es simplemente porque estos núcleos están sobre esos valores (a partir de 2.4 - 2.6GHz). Además, gran parte de esa mejora se obtiene por el desvío de trabajo del propio sistema operativo y por la ejecución de diferentes programas en diferentes núcleos, pero no por la ejecución de instrucciones en paralelo de los programas en sí mismos. Algo similar ocurre con las tarjetas gráficas. Cierto que para juegos hacen falta gráficas con una gran potencia, pero incluso en estos casos ¿cuántos son los que realmente necesitan este tipo de gráficas? (y hablamos de gráficas por encima de los 250 euros de costo), porque lo que son programas (los juegos evidentemente también son programas, pero hago esta diferenciación), salvo algunos editores de gráficos 3D, la verdad es que ninguno. Algunos pueden pensar que para ver películas con calidad hace falta una súper tarjeta gráfica. Nada más lejos de la realidad, para ver una película, incluso en calidad DVD, con cualquier gráfica de las que hay en la actualidad en el mercado hay más que suficiente, ya que en esos casos el que soporta el trabajo es el decodificador (programa) y, por lo tanto, el procesador y la memoria. Otra cosa es que ya queramos imágenes en HD, pero para eso hacen falta no gráficas súper potentes, sino simplemente gráficas que soporten este formato, que evidentemente ya estarán diseñadas con la potencia adecuada. Con la memoria ocurre más de lo mismo. Cierto que al precio actual instalar 4GB en lugar de 2GB no supone un gran desembolso, pero... ¿es realmente necesario? Bastantes veces he leído que es que para que Windows Vista funcione bien necesita 4GB de RAM. Vamos a ver, no solo Windows Vista, cualquier sistema operativo funciona mejor con 4GB de RAM que con dos, pero sólo en condiciones extremas de consumo de memoria. En un uso normal (y vamos a hablar de tener al mismo tiempo abiertos el Explorador de Windows (2), el Messenger, el Word, el Photoshop y Windows Media Player, que tampoco es que sea muy normal) el consumo de RAM (con Windows Vista Ultimate, para que no se diga que es que es con un SO que consume poco) apenas llega a los 1.9GB. O sea, que en estas condiciones, entre tener instalados 4GB de RAM y sólo 2GB de RAM no notaríamos ninguna diferencia sustancial, y de camino, mayor cantidad de RAM también implica mayor tamaño en el archivo de intercambio (memoria virtual). Por otro lado, en sistemas Windows de 32bits, tan sólo Vista hace un aprovechamiento casi total de esos 4GB de RAM (ver el tutorial Utilizar 4GB de RAM en Windows Vista 32 bits.), por lo que tampoco es que vayamos a ganar demasiado en la mayoría de las ocasiones. Lo siguiente que puede surgir es la instalación de un SO de 64bits. Esto tiene sus ventajas a nivel de sistema operativo, pero seamos realistas, son poquísimos los programas desarrollados para 64bits, por lo que los programas se van a ejecutar a 32bits, y aunque en principio no debería haber ningún problema es esto, en la práctica sí que lo hay dependiendo del programa (por lo que he podido detectar, hay problemas con algunos juegos al ejecutarse en un SO de 64bits), y también hay algunos problemas de drivers (bastantes más que para 32bits). Por otro lado, algunos programas, como por ejemplo antivirus, sí que tienen que ser en ese caso para sistemas de 64bits, si realmente queremos que sean eficaces. Esto no es que suponga una mayor inversión (Windows Vista de 64bits tiene prácticamente el mismo precio que Windows Vista de 32bits), pero sí que puede ser fuente de más de un dolor de cabeza, cuando las versiones de 32bits funcionan perfectamente en sistemas de 64bits (que son por otro lado todos los actuales, ya que hace tiempo que no se venden procesadores de 32bits). Esto también es un problema para aquellos que usen programas algo más antiguos (de 16bits), ya que mientras que en un SO de 32bits no hay mayores problemas en ejecutar estos programas, en un SO de 64bits no se pueden ejecutar. Conclusión: Ante todo quiero dejar bien claro que no es que está en contra de los súper ordenadores, con este tutorial sólo quiero mostrar que en muchísimas ocasiones compramos ordenadores muy por encima de lo que realmente necesitamos, con el consiguiente gasto extra, cuando en realidad por bastante menos podríamos tener un ordenador que nos va a resultar igual de rápido, ya que no le vamos a pedir más. Dicho de otro modo, que para escribir una o dos cartas o trabajos escolares, navegar por Internet, conectarse a Messenger y escuchar música, con un Celeron o un Sempron hay más que de sobra, no necesitamos para nada un ordenador de doble núcleo a 6GHz ni 4GB de RAM (para ese caso, ni tan siquiera 2), por mucho Windows Vista que tengamos instalado. No cabe duda de que para algunos sí que es necesario este tipo de ordenadores muy potentes, en cuyo caso hay en el mercado opciones más que suficientes, pero esto no es así en muchísimos casos. |
Tags: Ordenador, Comprar |
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