Si hay algo que causa más impotencia al comprar un teléfono móvil con Android que no recibe actualizaciones de sistema es que encima venga con una versión anticuada del mismo. Se suele dar esta situación en terminales baratos y de gamas de entrada, con dos o incluso 3 versiones de Android por debajo de la más reciente.
Pues bien. Google obligaría en breve a todos los fabricantes a lanzar teléfonos actualizados a la versión de Android más reciente si estos quieren la certificación GMS (Google Mobile Services). Es decir, la certificación que hace posible que estos terminales puedan incluir de serie las aplicaciones oficiales de Google, como el Play Store, Gmail, Maps y otros.
Google exigirá al fabricante que sus móviles incluyan la versión de Android correspondiente a los últimos 9 meses. Es decir, que si una versión lleva pública más de 9 meses y hay otra versión más reciente, el fabricante estará obligado a instalar esta última si quiere la certificación.
De cara al usuario, esto es una garantía de experiencia. Es decir… Independientemente de que después un terminal reciba o no actualizaciones de sistema, podremos estar tranquilos de tener en nuestro móvil una versión reciente del mismo.
Sin duda, una gran iniciativa por parte de Google para forzar un poco a los fabricantes a esforzarse para que la experiencia de uso que ofrecen a sus consumidores esté a la altura de lo que Google cree que debe proyectar su sistema. ¿Qué os parece la idea? |