Este viernes llega a España Xbox One, la nueva consola de Microsoft. Un lanzamiento relevante dentro del sector del ocio digital que, como otros de su nivel, estará bajo la lupa de la crítica durante sus primeras semanas.
Como bloggers y cómo analistas no podemos evitar fijarnos en aquellos aspectos que laman nuestra atención tanto para bien como para mal. Y en este caso es la vuelta a un diseño de producto primitivo lo que nos motiva a criticar a Xbox One.
Para empezar, la consola en sí. Cuando Microsoft mostró por primera vez Xbox One, la reacción de casi todo el mundo fue la misma… ¡Parece un video VHS! Sí. La parte estética de la consola no es precisamente innovadora y, aunque sabemos que la intención era hacerla más camaleónica de cara al resto de dispositivos y decoración de cualquier salón, el resultado ha sido algo contraproducente para el diseño.
Pero quizás lo más llamativo haya sido el tamaño de Xbox One. A estas alturas tendría que haberse buscado una forma de miniaturizar algo tan tosco como es una consola y, nada más lejos de la realidad, Xbox One es incluso más grande que la primera Xbox 360. Y eso por no compararla con el modelo Slim…
El otro punto que nos gustaría resaltar o criticar es la fuente de alimentación… ¡Por dios santo! ¿Es que en el siglo 21 no hay tecnología para integrarla en la consola o hacer algo más pequeño? Indiscutiblemente, la fuente de alimentación de Xbox One es 'un tarugo'. Si la consola era grande, este componente es proporcionalmente mayor aún. Y eso no es símbolo, para nada, ni de innovación ni de profesionalidad en cuanto a diseño de producto.
¡Esa es nuestra opinión!
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