El 22 de noviembre Xbox One llegará al mercado de forma oficial. El volumen de ventas será alto, ya que la cantidad de reservas registradas ha superado las expectativas de la propia compañía. No obstante, aunque sea una buena noticia, habrá que pasar por algún que otro bache para terminar de tener al 100% nuestra consola.
Microsoft ha confirmado que Xbox One tendrá que ser actualizada la primera vez que la encendamos. Se trata de una actualización que corregirá algunos parches y bugs registrados por los técnicos de la marca tras haber sido ensambladas y programadas.
La preocupación de los compradores es evidente. Cuando uno llegue a casa con su Xbox One no querrá actualizaciones sin nada… ¡Querrá jugar! Y claro, esto de las actualizaciones obligatorias recuerdan a la mala jugada de Nintendo y su Wii U, en la cual los compradores tuvieron que esperar horas para poder empezar a divertirse.
Por suerte, el sistema de actualizaciones de Xbox One es diferente y permite lanzar estas en segundo plano, mientras jugamos. Esto significa que, aunque sea obligatoria, podremos dejar actualizando la consola y jugar al mismo tiempo. ¿Qué? ¿Impacientes por echarle el guante? |