Una de las cosas que más nos ha llamado la atención de la nueva Xbox One es su relación simbiótica con Kinect. El accesorio de reconocimiento ya no es un accesorio provisional sino parte de la consola. Una parte indispensable para que Xbox One pueda funcionar… ¡Sí, es obligatorio que esté!
Durante la presentación de Xbox One y, sobre todo al comienzo, Microsoft nos dejaba claro que el reconocimiento de voz y gestos tendrían una gran relevancia en esta generación. Mientras que el Kinect original se basaba más en ofrecer una experiencia para los juegos, en este caso se ha enfocado su tecnología a la interacción con la consola.
Lo primero a destacar es que con una sola orden de voz podremos encender la Xbox One. Así de sencillo… Nada de dejar pulsados botones ni nada por el estilo… Destaca también el papel de Kinect en el panel de control de Xbox One. Ya sea con la voz o mediante gestos con la mano podremos movernos por los diferentes menús de la nueva Xbox One, cambiar de contenido diciendo…. 'Xbox Game, Xbox Movie, Xbox TV' y así con el resto de servicios, pero es español, claro está.
El diseño de Kinect es ahora más sobrio y por supuesto acorde a Xbox One. De esta forma se integrará mejor en el salón o donde la coloquemos. A nivel técnico, el sensor Kinect de Xbox One ha mejorado mucho. Ahora la cámara tiene capacidad para captar un mayor campo de visión, ha recibido un nuevo algoritmo de geometría 3D para ser más precisa en la detección e incluso equipa un sensor de infrarrojos para la oscuridad.
El apartado detección de movimientos también se ha mejorado. Ahora Kinect puede detectar un simple movimiento de dedos o captar partes de articulaciones más pequeñas. Por supuesto, teniendo en cuenta su papel a la hora de controlar Xbox One con la voz, el apartado de audio se ha mejorado mucho con un sistema avanzado de cancelación de ruidos y más precisión a la hora de captar las órdenes directas y omitir el resto. |