En los laboratorios de Microsoft no supieron lo que habían creado realmente al desarrollar Kinect hasta después de haberlo lanzado al mercado. Su tecnología, capaz de detectar puntos concretos de una extremidad, establecer puntos de rastreo, mapear escenarios… Todo ello, ligado a un pico proyector que proyecte una imagen controlada, forma lo que en Microsoft llaman Omnitouch.
Básicamente, lo que vemos es un prototipo, muy verde aún, de lo que seguramente sea la interfaz del futuro. Suponemos que este tipo de tecnología irá ligada a unas gafas como las de Google, en las que irán acoplados sensor y proyector de forma discreta, reemplazando así a las actuales pantallas físicas.
Lo que tenemos delante es una tecnología capaz de proyectar una imagen sobre cualquier superficie y convertir esta en una pantalla táctil. Así, podemos marcar un número de teléfono, dibujar, marcar trazos… En definitiva, a falta de un nuevo paso que empiece a incluir nuevas resoluciones y más color en la imagen, podremos hacer lo que ahora con cualquier Smartphone.
Omnitouch, como os decimos, es un concepto tosco y grande. Lógicamente, nadie llevaría este abultado equipo encima del hombro, pero recordemos que los actuales terminales y sus diminutas tecnologías tenían estas dimensiones hace sólo unos años. Por tanto, aquí tenéis el principio del futuro.
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