Pablo Soto es un joven español que se encuentra en un proceso judicial, acusado de ser la pieza del origen de las descargas ilegales de millones de archivos con derechos de autor por haber desarrollado varios programas P2P de intercambio de archivos que según la industria discográfica, son los que motivan y dan rienda suelta a que los usuarios puedan descargar programas, películas y toda clase de archivos.
La polémica del juicio reside en que la acusación pide 13 millones de dólares a Pablo Soto por haber desarrollado los programas P2P Blubster, Manolito y Piolet, que según nuestras leyes, no responden a ningún tipo de práctica ilegal.
Pablo Soto por su parte, se defiende alegando que el simplemente ha creado una herramienta de software, pero que no es responsable del uso que le den luego los usuarios, ''porque la tecnología es neutral''.
''No soy el cabeza de turco de nada pero tampoco me siento el héroe de las descargas ilegales'', dijo Soto.
Algunos analistas creen que la postura de Pablo Soto es totalmente coherente, ya que hacen una comparación que nos da mucho que pensar: ''Si trasladamos la situación de Pablo Soto al terreno de las armas, podemos ver que la ley no imputa a los fabricantes de armas por las muertes producidas por ellas, ya que quien mata es quien la compra y no quien la fabrica''.
De hecho, la fabricación de armas, de cuchillos, de bates de beisbol y así hasta un sinfín de cosas es totalmente legal, y quienes son juzgados en caso de agredir, matar, o cometer algún delito con alguna de estas herramientas, son los que las usan.
Así mismo, Blubster, Manolito y Piolet se presentan en el juicio como herramientas por parte de la defensa y no como manos ejecutoras.
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