Los videojuegos, como todo en esta vida, hay que tomarlos con cierta prudencia. Si no hacemos caso a las recomendaciones de los expertos o al sentido común podemos terminar como Chuang, un joven taiwanés que ha resultado muerto este fin de semana tras pasar 40 horas seguidas jugando a Diablo 3, la última entrega de la saga de Blizzard.
Ojo, porque ni Diablo 3 ni ningún otro juego actual son armas mortíferas. Las causas de la muerte, aunque aún quedan ciertas incógnitas por confirmar, apuntan a unos niveles de deshidratación y desnutrición elevados, debidos a la falta de ingesta del joven en esas 40 horas de juego.
El chico había alquilado una sala de ordenadores de un cibercafé para entrar en el modo online de Diablo 3. Cuando una de las dependientas llegaba el lunes al comercio, encontró a Chuang en un estado crítico. Más tarde, el joven jugador moría.
Con esto sólo queremos transmitir un mensaje de prudencia y sentido común a la hora de sentarse a dar patadas o lanzar hechizos de magia delante de nuestros juegos favoritos. No obstante, que nadie os intente convencer de que jugar es malo, porque no lo es.
Fuente |