La aplicación de fotografía para móviles más popular del mundo, que daba el salto a Android hace sólo unos días, ha sido comprada por Facebook, quien ha pagado nada más y nada menos que la friolera cantidad de 1000 millones de dólares.
Facebook se adueña así de Instagram, una aplicación que, además de permitir hacer fotos con una galería de filtros muy variada y de gran calidad, se comporta como una red social para aficionados y profesionales de la fotografía.
Cuesta creer que Instagram, con la de millones de usuarios con los que cuenta, sólo estuviese al cargo de una plantilla de 6 personas, que por cierto seguirán trabajando con Instagram, quien de momento mantendrá Marca e independencia.
Sí se añadirán algunas funciones extras a Instagram para aumentar las posibilidades de interacción con Facebook. Algo que por otro lado es lógico si miramos la inversión de la red de Mark Zuckerberg.
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