No hay duda de que en época de crisis, si hay un sector que resiste más que los demás es el de los teléfonos móviles. Tanto que no paramos de ver más y más modelos cada día. A veces uno piensa en si realmente es posible vender tantos móviles y tan seguidos, pero cuando lo hacen los fabricantes alguna salida tendrán.
El caso es que de tantos modelos similares y llegados a un punto en que es difícil diferenciarse del resto, hay que innovar. En este momento hay varios fabricantes que han aportado algo de valor añadido a sus terminales. Hablamos de aprovechar la falsa tendencia de las 3 dimensiones para adaptar dicha tecnología a sus nuevos diseños.
HTC presentó hace unos meses un teléfono móvil 3D al que llamó HTC Evo 3D. Por su parte, LG también ha apostado por crear un teléfono con pantalla 3D sin gafas y la posibilidad de crear contenidos como fotos o videos en 3D. El LG Optimus 3D ya se vende en España pero las cifras de ventas no son muy alentadoras.
La cosa es que uno, cuando coge por primera vez uno de estos, se queda sin palabras al ver el efecto que se produce. Es algo nuevo, diferente e incluso emocionante. Sin embargo, esa ilusión dura poco rato al comprobar que la pantalla es demasiado pequeña como para sacar partido a la tecnología 3D y que efectivamente, tal y como dicen los médicos, es una tecnología que cansa mucho la vista y que produce hasta dolor de cabeza.
Los teléfonos 3D pueden tener éxito en un sector reducido. O bien somos unos talibanes de la tecnología o bien tenemos una televisión 3D, en la cual no podemos ver casi nada porque no hay contenidos y los usamos para ver nuestras fotos y videos en 3D.
¡No sé! Es una tecnología que, al igual que en el cine o en los televisores no acaba de funcionar. ¿Qué pensáis? ¿Es bueno que los fabricantes vayan por esa línea en innovación o deberían centrarse en mejorar las baterías y otros componentes? |