El termino portabilidad se ha hecho muy famoso desde que la competición entre compañías de teléfono iniciaron su carrera particular para captar nuevos clientes.
''Venga con nosotros y conserve su actual número''
Todos hemos oído esa frase en más de una ocasión, pues junto a las ofertas y descuentos en precio, es la forma que tienen los operadores de seducir a clientes de la competencia. Generalmente, solicitar una portabilidad a otra compañía suele ser beneficioso para el consumidor, no sólo en los casos en los que llega a completarse sino que en los amagos de portabilidad (técnica que explicaremos más adelante), se consigue mantener el mismo operador pero con mejores condiciones de facturación y teléfonos nuevos.
Todo lo relacionado con la portabilidad parece genial, pero al igual que cualquier otro modelo o trato comercial, este trámite está sujeto a regulaciones por parte de la CMT (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones).
Y es que desde la CMT nos recuerdan algunos puntos básicos a tener en cuenta, en caso de que nos decidamos a hacer una portabilidad de contrato:
- Los operadores están obligados a completar el proceso de portabilidad en un máximo de 5 días laborales.
- Si el consumidor se arrepiente de la portabilidad, podrá cancelar esta en un plazo máximo de 1 día y medio.
- El amago de portabilidad (técnica que se utiliza para conseguir contraofertas de nuestro operador para evitar que nos marchemos) es totalmente lícito, aunque algunas operadoras ya están cobrando por recibir clientes de otras compañías, evitando así la cancelación de portabilidad de estos.
- El abandono de una compañía o contrato –antes de finalizar el periodo de permanencia- puede suponer una penalización para el cliente que, generalmente, viene definida en las cláusulas del contrato.
La CMT recuerda que todas las operadoras están obligadas a aceptar la portabilidad de sus clientes a otras compañías y, en ningún caso, podrán llevar a cabo tácticas para retrasar o anular la salida de dichos clientes.
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