Avatar ha sido sin duda la raíz del comienzo de una nueva generación de dispositivos audiovisuales como el 3D. Durante el CES 2010 hemos visto como cada fabricante mostraba el estado de sus desarrollos en cuanto a televisores 3D, con el objetivo de intentar colocar estos productos en el hogar de los usuarios.
Desde mi punto de vista, creo que ya iba siendo hora de que ofreciesen algo nuevo y distinto que no fuese el tamaño, el grosor o el diseño, pues aunque todos estos factores están muy bien, lo que al fin y al cabo quiere el usuario es conseguir la mejor experiencia multimedia posible.
Dentro de los televisores 3D mostrados en estos meses, el 90% requerían de unas gafas 3D para poder contemplar el efecto de tridimensionalidad como lo hacemos en el cine. El problema está en que uno no compra una televisión 3D para sí sólo, sino que acaba siendo el centro multimedia de una familia y, en ocasiones, de invitados.
Esto me lleva a que no encuentro esa tecnología muy viable, ya que tendríamos que disponer de unas pocas gafas de reserva para estos casos. Sin embargo, un par de fabricantes ya han visto claro este punto y se han atrevido a mostrar los primeros televisores 3D sin gafas, incluso sabiendo que la calidad y el efecto 3D no sería ni por asomo el mismo que utilizando el kit completo.
Aunque la información al respecto es escasa, sabemos que los televisores 3D sin gafas utilizan una especie de lente especial en la parte superior de la pantalla para conseguir sincronizar las imágenes. Es decir, digamos que sería algo parecido a poner unas gafas gigantes a la pantalla para que varias personas puedan ver el contenido 3D al mismo tiempo, en vez de colocar unas gafas 3D a cada espectador de la sala.
De momento, las condiciones para poder ver de forma optima una televisión 3D sin gafas son complicadas, pues el espectador debe de situarse a una distancia de la pantalla determinada, estar dentro del ángulo de incidencia concreto (justo enfrente), etc.
Si el objetivo de esta tecnología es conseguir que el día a día de las personas frente a la televisión sea de 3 dimensiones, creo que la apuesta de fabricar televisores 3D que no necesiten gafas es el paso más lógico y certero desde mi punto de vista.
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