La polémica Ley de la Propiedad Intelectual ha levantado recelo en diversos bandos de la sociedad, ya que sin entrar en detalle, intenta poner en manos de organismos gubernamentales y del poder ejecutivo la capacidad de cerrar páginas web que atenten contra los derechos de autor o al menos las que ellos consideren que así lo hacen.
Todo este tema político me toca las narices en gran medida. No lo digo por el tema de las descargas, sino por el intervencionismo selectivo y forzado al que acude nuestro querido Gobierno cada vez que va detrás de algo.
Al margen de la política, hoy quería hacer una reflexión sobre la delicada situación que vive Internet, los usuarios, las descargas y los multimillonarios que pensaban que la red iba a ser la gallina de los huevos de oro.
No estoy en contra de que una persona reivindique el derecho a remunerar una idea o una creación propia, es más, creo que a ninguno de nosotros nos gustaría trabajar por nada. Sin embargo, encuentro en toda esta historia un elemento que ya hemos vivido y del que se han sacado importantes beneficios para todos.
Si echamos un vistazo a Google, encontramos el más claro ejemplo de lo que supone adaptarse a los tiempos. ¡Decidme un solo producto o servicio de Google que requiera de algún tipo de pago!
Efectivamente, Google va años por delante de autores, gobiernos y productores de todo tipo, ya que en vez de llorar, lo que ha hecho es buscar un modelo de negocio con el que captar la atención de un planeta entero, ofreciendo servicios completamente gratuitos y, aún así, ser una de las empresas con mayores beneficios económicos del mundo.
Los señores de la Propiedad Intelectual no han aprendido del ''Maestro''. Siguen pensando que las personas vamos a volver a pagar 18 euros por un CD de música, teniendo alternativas gratuitas como Spotify, que nos permite escuchar toda la música que queremos y cuando queremos de forma gratuita.
La compra de periódicos tradicionales también ha sufrido un desplome mundial, pero sus directores han sabido adaptar los contenidos a Internet, ofreciendo la misma información gratuita a cambio de publicidad y con la ventaja de poder rentabilizar artículos y noticias antiguas.
Las operadoras de telefonía fija adaptaron su modelo de negocio de cobrar por minutos a las tarifas planas porque veían que la sociedad utilizaba sistemas gratuitos como la telefonía VoIP para comunicarse y las operadoras de Internet Móvil ya están abandonando la tarificación por paquetes de datos para ofrecer Tarifas Planas de Internet Móvil.
Todos estamos destinados a adaptarnos a los tiempos y las diferentes situaciones que suceden en nuestra vida, pero al parecer, los cantantes, escritores y productores de cine no salen de su obtusa mentalidad.
Mi reflexión final es la siguiente:
1.- ¿Qué pasaría con todos esos artistuchos que nos cuelan como estrellas si su música sólo pudiese distribuirse pagando?
2.- ¿Qué pasaría con las películas que no consiguen salir de la mediocridad y que gracias a Internet consiguen llegar a ser algo?
3.- ¿Quién pagaría 50 euros de conexión a Internet si el acceso a la red sólo nos permitiese leer 4 noticias y el correo?
Eso es lo que se tienen que plantear aquellos que están a punto de cruzar el límite de la ética y la legalidad para beneficiar a unas pobres criaturas que todavía no han salido del huevo para ver el mundo en el que vivimos.
¿Qué opináis? |